San juan es hermosa todo el año. Tiene sus clásicos, esos lugares que llegan primero a la mente cuando se nombra la provincia… Imágenes de las impactantes geoformas de Ischigualasto, las esmeraldas aguas del Dique de Ullúm o Cuesta del Viento con su sol eterno y sus fuertes vientos que hacen del lugar el paraíso del kitesurf…
Pero hay un lugar, en el suroeste de la provincia, donde la majestuosidad de la cordillera abraza con su inmensidad este valle donde los sentidos se expanden a su máxima expresión…
Ese lugar es el departamento de Calingasta, donde el cielo, el viento, la gastronomía y sus rincones nos dejan sin aliento…
Custodiado por los imponentes seismiles, el silencio se entremezcla con el murmullo del agua que se desliza por la ladera de los cerros. Un hilo de color turquesa se distingue entre los matices de grises y marrones de la cordillera.-
Es el Arroyo Turquesa y para conocerlo hay que dedicarle unos días de trekking.-
El día comienza en Barreal, un paraíso andino que merece un capítulo aparte. Se hace un recorrido primero en camioneta 4×4, hasta llegar a la Laguna Blanca, una laguna glaciar alimentada por los hielos del cerro y un poco más adelante al refugio ubicado en la zona donde se hace noche.- La noche también presenta su espectáculo. Con más de 300 noches de clima despejado y cielos completamente limpios, permite la vista de constelaciones, astros brillantes inclusive la vía láctea.-.
Al día siguiente un trekking intenso nos lleva a uno de los arroyos más hermosos que tiene la cordillera argentina, ubicado a 4.100 metros sobre el nivel del mar.
Con poca profundidad y varios brazos delgados, el Arroyo Turquesa todo lo tiñe. El color se debe a que las aguas vertientes pasan en algún lugar de su recorrido por una veta de cobre y al oxidarse, toman esa tonalidad. Al depositarse los sedimentos en el fondo del arroyo, dan el insólito color a las piedras, que se cubren paulatinamente del azul del óxido de cobre.
Mientras cada uno de los sentidos intentan capturar para siempre todos los estímulos, la monotonía y el estrés diario parecen desvanecerse ante tanta inmensidad natural.-
La gastronomía se hace presente, basada en la comida del kilómetro cero creada a partir de ingredientes del entorno más cercano, revalidando platos regionales y acompañado de deliciosos vinos de las bodegas boutique del lugar, que desde hace años producen vinos de autor.
Mi sugerencia esta semana, es que vayas a San Juan… recorré los clásicos y dedicale unos día a conocer esta maravilla poco visitada donde desearás que el tiempo se detenga para quedarte horas contemplando este paraíso natural, pintado por la fuerza de los minerales y que pone a prueba los límites de la imaginación.-
Si te gustó el lugar, te invito a escuchar la nota que hicimos en Viajero Frecuente Radio y escuchar la nota que hicimos con uno de los guías locales.-