Si pensaban que en Villa El Chocón ya habíamos visto todo, déjenme decirles que no. Volvimos a este rincón de Neuquén porque descubrimos una joyita que merecía su propia nota. Se trata del Museo del Botón , un espacio único en su tipo donde cada botón cuenta una historia, y su creadora, Mirtha Palandry, es una verdadera contadora de relatos.
Cuando escuché hablar por primera vez de este museo, pensé: «¿Botones? ¿Un museo solo de botones?». Pero después de charlar con Mirtha, me di cuenta de que no se trata solo de pequeñas piezas de vestir, sino de recuerdos, emociones y hasta de superación personal. Su historia comienza en 1992, cuando comenzó a coleccionar botones como una manera de transformar un dolor personal en algo hermoso.
«En la pandemia tuve que poner una cajita de pañuelos en la última sala, porque la gente se emocionaba mucho. Pero de eso se trata: de resignificar los momentos difíciles y convertirlos en algo creativo.»
Mirtha recibe a los visitantes con reserva previa y las visitas pueden durar hasta tres horas, porque cuando uno entra en este mundo, el tiempo se detiene. No solo hay millas de botones con historia, sino también rincones interactivos, un espacio de lectura y hasta un sector musical donde se pueden tocar instrumentos. Sí, un museo que se toca, se siente y se vive.
Ah, y si pensaban que todo el mundo ama los botones, no es así. Resulta que hay personas que sufren de cauponofobia , una fobia a los botones que, aunque poco conocida, es real. Y lo más increíble es que dos personas con esta fobia visitaron el museo y lograron disfrutar la experiencia. Un dato más para confirmar que este no es un museo común y actual.
Entre los botones más preciados del museo hay verdaderas joyas: uno hecho en filigrana de plata que representa la flor mutisia (típica de la Patagonia), y otro de cristal Swarovski con efecto Aurora Boreal . Pero más allá del lujo, lo que más impacta son los botones con historia familiar, como los que Mirtha heredó de su abuela, quien fue su gran inspiración para desarrollar su creatividad.
Si todo esto les pareció fascinante, esperen a escuchar esto: ¡se puede dormir en el museo! Sí, hay una habitación con capacidad para tres personas, con baño y desayuno casero incluido. Ideal para los viajeros que quieran una experiencia diferente, en un lugar que es mucho más que un museo: es un refugio para el alma viajera. ¿Cómo visitarlo?
El Museo del Botón está en Villa El Chocón, provincia de Neuquén, y abre los viernes, sábados, domingos y feriados. Pero si andan de paso y quieren visitarlo otro día, pueden escribir a Mirtha al +54 9 2994 23 8462 para coordinar.
Yo, por mi parte, ya me estoy imaginando tomando unos mates con Mirtha
y escuchando más historias de estos pequeños objetos que han viajado por el tiempo y el mundo.
Así que si pasan por Neuquén, ya tienen un nuevo imperdible en la lista.
